La manifestación convocada por la plataforma ciudadana Comissió Ciutat-Port, por tercer año consecutivo ha llenado las calles de València contra la ampliación del Puerto de València y en defensa de la salud, l’Albufera y las playas.
Trabajadores del puerto de València, asociaciones vecinales y de jóvenes, colectivos ecologistas, organizaciones sindicales, grupos políticos, y la red estatal de ciudades con puerto, reclaman el desistimiento definitivo de ampliar el puerto, incluyendo la nueva terminal de cruceros, y el uso del presupuesto público para revertir del dique norte y regenerar la partida de La Punta destruida para hacer la ZAL.
Los colectivos denuncian que esta megainfraestructura es innecesaria y destruirá empleo, además de ser una amenaza para el medio ambiente que pone en entredicho la capitalidad verde europea y el compromiso de neutralidad adquirido por la ciudad.
La tercera edición de la manifestación contra la ampliación del puerto de València visibiliza la consolidación y crecimiento de la oposición ciudadana a esta macroampliación. Cada año, la cifra de asistentes es mucho mayor, a la par que diversa y transversal. Este año se han incorporado activamente trabajadoras y trabajadores de la terminal pública del puerto, pues estiman una pérdida neta de 500 puestos de empleo directo en caso que se llevase a cabo la ampliación norte, dado el nivel de automatización que comporta el proyecto y porque supone un simple trasvase interno de contenedores de una terminal pública a la ampliación norte.
Tras la pancarta unitaria de todas las entidades integrantes de la Comissió Ciutat-Port, se han situado los distintos colectivos que la integran, con la novedad de la incorporación de Greenpeace Valencia a la Comissió; con ella, ya son todas las asociaciones ecologistas mayoritarias del territorio las se oponen en bloque y activamente a la ampliación.
En esta edición, se ha dado un lugar destacado a la representación de trabajadores/as del puerto, por la gran relevancia social que supone esta reivindicación, ya que los principales argumentos propagandísticos para la ampliación son la economía y el empleo, y con este colectivo se desenmascara esta falsa propaganda. Además, el colectivo trabajador del puerto, que conoce de primera mano cómo funciona, denuncia la ineficiencia en la gestión portuaria y afirma que el puerto de València dispone de capacidad sobrada para cubrir las necesidades del mercado a medio e incluso largo plazo, simplemente con una buena gestión de las infraestructuras existentes, y sería mucho más competitivo y eficiente.
Colectivos del resto de ciudades con puerto del Estado han enviado su apoyo explícito a esta lucha, que evidencia un problema local con origen global: la destrucción del territorio y el menoscabo de la salud de la ciudadanía en favor de los intereses de unos pocos; esto es, la primacía del interés privado sobre el interés general.Los colectivos de la Comissió, proponen numerosas soluciones basadas en la naturaleza como alternativa, todas ellas de bajo coste y larga durabilidad, como la reversión del dique de abrigo, que penetra 4 km mar adentro e impide que la arena pase hacia las playas del sur, las del Saler y el Parc Natural de l’Albufera; la naturalización del río Túria, de su tramo final artificial y hormigonado, para tratar de restituir el flujo de sedimentos al mar capaces de alimentar también las playas del sur y regenerar la partida de La Punta, tan brutalmente arrebatada a sus más de 100 familias, y para recuperar la conexión que existía entre el Parc Natural del Túria, la ciudad de València, su anillo de huerta protegida y el Parc Natural de l’Albufera, propuestas en las que gana la ciudadanía, el territorio y la economía local; en cambio, con la ampliación sólo gana la empresa naviera multinacional y pagamos su fiesta del bolsillo público.