- Del 11 al 13 de junio se presenta una nueva versión de esta obra icónica del Siglo de Oro español, que se pone las gafas moradas para mirar con perspectiva de género hasta qué punto sigue vigente la impunidad frente a los abusos.
- Iria Márquez firma y dirige este espectáculo ambientado en el S.XXI, en la instrucción del juicio a un joven militar de buena familia que, tras acosar y abusar de varias mujeres del pueblo, es asesinado por los vecinos ante la inacción de la justicia.
- La obra es fruto del trabajo en el segundo de los talleres de interpretación para no profesionales de Sala Russafa. Y se enmarca en su décimo ‘Festival de Talleres de Teatro Clásico’, que del 4 al 27 de junio revisita obras clave de la historia de la literatura dramática.
‘¡Todos a una!’ es el grito con el que el pueblo de Fuenteovejuna acompañó la toma de la justicia por su mano, ante los abusos del comendador. Una escena inmortal, escrita en 1619 por Lope de Vega, que ha pasado a formar parte de la historia y que conecta con el presente por su retrato de los abusos físicos y sexuales que se producían entonces y que siguen produciéndose hoy día. Esta semana, el Festival de Talleres de Teatro Clásico de Sala Russafa estrena Juicio en Fuenteovejuna, un montaje que parte de esta pieza icónica del barroco español para crear una obra completamente contemporánea.
Iria Márquez firma y dirige esta revisión de la trama en la que un joven militar de buena familia, apodado ‘El comendador’, maltrata física y psicológicamente a jóvenes del pueblo, creyendo que su estatus de poder le permite salir siempre impune. Pero la acción arranca en un punto totalmente nuevo: “La obra se sitúa en el presente y empieza con la investigación que está haciendo una jueza de instrucción ante la muerte de ‘El comendador’. Todos los vecinos se han declarado culpables, pero la investigación quiere esclarecer quién ha llevado a cabo el asesinato realmente porque el sistema judicial necesita que sea una persona quien pague por el crimen”, explica Iria Márquez sobre esta versión que plantea la indefensión de las víctimas de acoso o abuso sexual.
UNA MIRADA AL CLÁSICO DE LOPE DE VEGA CON GAFAS MORADAS
“En la obra se denuncia que nadie se ha preocupado por proteger a las mujeres que han sido agredidas, pero ahora sí se quiere hacer justicia al abusador”, comenta la directora, dramaturga y docente sobre este atrevido planteamiento que alterna dos líneas de tiempo.
Por una parte, se recrea lo ocurrido recuperando las escenas y textos escritos por Lope de Vega, junto a los de otros destacados autores del Barroco Español, que también trataron la condición femenina, y los de la propia Márquez, que va tejiendo la dramaturgia.
Por otra, se va construyendo una reflexión sobre el papel del sistema judicial y la sociedad en la violencia de género. Todo ello a través de los interrogatorios que hacen avanzar la instrucción del juicio, con una puesta en escena sobria y casi fría, tan hostil como los espacios en los que las víctimas han de encontrar la valentía para revivir su historia.
Escenografía minimalista, vestuario contemporáneo y música de bandas como Godspeed You! Black Emperor o Mogwai para la nueva mirada que trata de conectar este clásico con el público contemporáneo. “Queríamos acercar al espectador esta historia desde un punto de vista actual y comprometido. No nos situamos en un espacio o momento concretos, pero la puesta en escena nos lleva directamente al presente y a cuestionar cómo nos enfrentamos hoy día a la violencia sobre la mujer, si hemos avanzado algo en un problema que, siglo tras siglo, sigue ahí”, señala Márquez.
Ella ha sido la encargada de formar y trabajar durante 9 meses con los actores y actrices que del 11 al 13 de junio estrenan esta pieza dentro del ‘Festival de Talleres de Teatro Clásico’ de Sala Russafa. Son los once integrantes del segundo de los talleres de interpretación para no profesionales de la línea docente del centro cultural, que imparte cursos para amateurs pero también de especialización para actores en activo. El resultado de todo lo aprendido durante el taller impartido por Márquez se refleja en este montaje, que demuestra el respeto y admiración por la obra de Lope de Vega haciéndola suya, transformándola con un nuevo y valiente planteamiento. Un ejemplo de que los clásicos lo son por su capacidad de ser universales, de adaptarse a cualquier contexto sin perder vigencia.