El Teatre Principal de València presenta del 14 al 17 de octubre el espectáculo de la compañía valenciana Pont Flotant ‘Acampada’ premio al mejor espectáculo de teatro en los Premios de las Artes Escénicas Valencianas del año 2020.
‘Acampada’ es una creación colectiva de Pont Flotant formado por Àlex Esquina, Joan Collado, Jesús Muñoz y Pau Pons.
La compañía se formó en el año 2000 con una clara voluntad de búsqueda y experimentación escénica. Sus piezas son el resultado de largos procesos de investigación y creación colectiva y se caracterizan por la mezcla entre realidad y ficción, el uso de diferentes lenguajes, el trabajo físico del intérprete, la relación íntima con el espectador y la inclusión de una parte de su entorno social en el proceso de creación y exhibición de sus obras.
El proceso de creación de la obra con la que llegan al Teatre Principal empieza en junio de 2018, cuando Pont Flotant organizó un laboratorio escénico con personas con y sin diversidad funcional. El punto de partida era investigar en torno a las capacidades e incapacidades del ser humano. El reto era crear una obra para un público diverso sin paternalismo, pero también sin huir de una realidad evidente.
Tras tres meses de trabajo, el grupo muestra su trabajo en proceso en el 36 Festival de Otoño de Madrid, en el que se asientan las bases éticas, estéticas y discursivas del espectáculo ‘Acampada’.
En ‘Acampada’ por una parte hay una historia: la acampada en la montaña de un grupo de amigos con varias capacidades, que sirve de metáfora de una convivencia estrecha en un lugar natural lejos de infraestructuras que se adaptan a las necesidades de todo el mundo.
Pero de manera paralela a esta narración existe todo un dispositivo metateatral, que utiliza códigos habitualmente dirigidos a un sector minoritario del público que están presentes a lo largo de toda la obra y que ayudan a empatizar con los personajes y a profundizar en la lectura de la obra.
La utilización de la lengua de signos, las audiodescripciones, los subtítulos, la lectura fácil, pasan a ser potentes herramientas para establecer vías de comunicación y de relación entre múltiples capacidades cognitivas, sensoriales y emocionales.
En palabras de la compañía: “Hemos construido la función pensando en un patio de butacas con espectadores con y sin diversidad funcional. Buscamos un encuentro real y honesto con el espectador, queremos ofrecerle un espacio donde pueda reconocer su fragilidad y observar la fragilidad de los otros sin prejuicios ni paternalismos, como una oportunidad para convivir, aprender y disfrutar de la diversidad”.
Y añaden: “No basta con querer estar juntos. No basta con empatizar. Debemos pensar muy bien como podemos estar juntos para que todas las personas estén en igualdad de condiciones. Esta fue la primera lección que aprendimos el primer día del laboratorio escénico. Y hemos intentado trasladar estas reflexiones no solo al escenario, sino también al patio de butacas”.