Añoranzas

Manuel Águila

A dónde se fueron mis primaveras, las que añoro ahora tras la vitrina de cristal, dónde quedaron los recortes de cartulina, 

aquella mirada inocente y mi bata de colegial… migró la lluvia sobre los charcos, la satisfacción de horas muertas y mis rodillas peladas de jugar,  los posters que decoraron mi habitación… 

A qué lugar se ausentaron sin avisar   las aventuras de Espinete y Don Pimpón 

y en qué cajón de qué pupitre dormirá la canción 

que me ordenaba ir cada noche a descansar… 

la verdad, no lo sé… y así, sin más, todo se esfumó,  

se amargó la dulce bolsa de golosinas,  se pitó el final de la pachanga de balón, se cerró el cajón con mi colección de pegatinas… 

Todo al fin se redujo a posos de café, prisas y obligación, lo que en argot adulto se denomina madurez, que con rectitud quiere borrar lo que fue  encumbrar la plenitud de aquella vez…. 

Vosotras primaveras, que con vuestro resplandor me transportáis como torrente de río al pez, guiadme hasta la vejez con inocencia y candor y que mi vuelo liberado eluda el empeño opresor, ayudadme a seguir el resto de mis días libre y soñador  como libre vuela por los aires el trinar del ruiseñor.

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